Hasta la fecha mis lecturas de
Reig se habían centrado en títulos de novela negra, en donde el autor se siente
tan cómodo. Lo que no está escrito, su última obra, bucea por otros mares muy
diferentes en la superficie, pero no tanto cuando descendemos unos pocos
metros.

El libro nos despliegue una
acción muy contenida, que se desarrolla en un espacio muy corto de tiempo y en
donde tenemos la sensación constante de que el tiempo es variable y va
cambiando a lo largo del relato. Si durante la primera parte del libro vamos
ahondado en los personajes principales y conociendo su pasado su entorno y como
han llegado hasta aquí a partir de un punto entramos en una silenciosa espiral,
que poco a poco nos va llevando a un estado de angustia, de desazón importante.
El libro desde luego no deja
indiferente. Personalmente, yo llegaba al mismo con las referencias de lo que
había leído del autor, muy diferente al título que ahora nos ocupa. Si bien al
principio, quizás, me sentí un poco defraudado por que no estaba ante el tipo
de obra que esperaba, al final terminaba con un excelente sabor de boca.
Por cierto Reig sitúa parte de la
acción en la sierra de Madrid y pinta un fresco muy realista de la misma, aquí
el autor ha debido pasar muchas horas pateando esos montes.
Nos vemos pronto.
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